En un giro significativo en su política energética, Argentina ha decidido cesar la importación de gas desde Bolivia, una medida que se alinea con el desarrollo y expansión de Vaca Muerta, la vasta formación de hidrocarburos no convencionales ubicada en la provincia de Neuquén.
Un Cambio Estratégico
La decisión de dejar de importar gas boliviano se enmarca en la reciente inauguración de la reversión del Gasoducto Norte, una obra de infraestructura clave que permitirá que el gas producido en Vaca Muerta fluya hacia el norte del país. Este proyecto, con una inversión de aproximadamente 740 millones de dólares, abastecerá a provincias como Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy con gas de producción nacional.
Impacto Económico y Energético
El impacto económico de esta decisión es notable. El gas producido en Argentina tiene un costo promedio de 3,5 dólares por millón de BTU, significativamente menor que el gas importado desde Bolivia, que costaba 11,8 dólares por millón de BTU. Esta diferencia permitirá un ahorro considerable para el país y una reducción en el precio promedio del gas, que se espera baje a 4,10 dólares por millón de BTU para 2025.
Beneficios para Neuquén
Para la provincia de Neuquén, el desarrollo de Vaca Muerta representa una oportunidad sin precedentes. La producción de gas en esta región ha alcanzado niveles récord, con 153 millones de metros cúbicos diarios en agosto, el nivel más alto en 21 años. Este auge no solo fortalece la economía local, sino que también posiciona a Neuquén como un actor clave en el suministro energético del país.
Proyección Internacional
Además, la capacidad de exportación de gas desde Vaca Muerta abre nuevas oportunidades en el mercado internacional. Con la disminución de las reservas de gas en Bolivia, Brasil podría convertirse en un mercado potencial para el gas argentino. Esto no solo diversifica los destinos de exportación, sino que también fortalece la posición de Argentina como proveedor de energía en la región.
La decisión de Argentina de dejar de importar gas desde Bolivia y potenciar la producción de Vaca Muerta marca un hito en la historia energética del país. Para Neuquén, esto se traduciría en crecimiento económico, generación de empleo y una mayor relevancia en el mapa energético global.